Nos pasamos la vida apostando.
Por personas, por momentos, por lugares, por fechas.
Nos dejamos el corazón,
para evitar que los demás sufran.
Supongo que no es fácil luchar en cuerpo y alma, y menos si carecemos de esta última.
Que buscamos resolvernos la vida con un constante «cara o cruz»
Qué irónico suena esto cuando la moneda tiene dos caras,
y apostamos,
sin saber que quizás perdamos la partida.
Que vivimos con miedo a perder,
nos arriesgamos por cosas que quizás nunca se encuentren a nuestro alcance.
El que no arriesga no gana dijiste, el que arriesga puede morir por amor.
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